La decisión de Japón expresa una no valoración de lo que representa el océano Pacífico como fuente de vida, como área vital de subsistencia de alimentación para las comunidades costeras de América Latina.
La decisión de Japón expresa una no valoración de lo que representa el océano Pacífico como fuente de vida, como área vital de subsistencia de alimentación para las comunidades costeras de América Latina.
Publicado en CGTN en Español
25 de agosto, 2023
El 24 de agosto, el Gobierno japonés empezó a verter de forma gradual 1,3 millones de toneladas de agua contaminada que tenían almacenada desde hace 12 años. Esta polémica decisión ha provocado reacciones en la comunidad internacional, especialmente entre los países que comparten la cuenca del Pacífico. Desde Chile, varios expertos compartieron con nosotros sus puntos de vista sobre lo que representa esta acción para los océanos y los ecosistemas.
«El anuncio del Gobierno de Japón del vertido de un millón de toneladas de agua radiactiva tratada en el Pacífico Sur es una decisión unilateral e irresponsable del Gobierno que viola los intereses de la comunidad de la cuenca del Pacífico, de la cual los países ribereños de América Latina forman parte. Expresan, por un lado, una no valoración de lo que representa el océano Pacífico como fuente de vida, como área vital de subsistencia de alimentación para las comunidades costeras de América Latina. A su vez, también en lo político representan una amenaza para la paz, generando mayor inestabilidad en la cuenca del Pacífico, la cual ya se encuentra sujeta a una serie de conflictos latentes o explícitos», dijo Juan Carlos Cárdenas, director del Centro Ecoceanos.
«Lo primero que hay que decir es que es una medida altamente compleja, considerando el actual escenario de crisis climática, crisis ambiental, por el que atraviesa el planeta. No es una decisión fácil ni para el Gobierno japonés ni para la comunidad internacional. Entonces, representa una tensión respecto a las políticas mundiales en temas ambientales, que eventualmente representa un peligro, querámoslo o no, por mucho que el Gobierno japonés declare que en rigor e inocuo, es decir, lleva doce, casi 13 años tratando estos desechos, sin embargo, son un riesgo y son un peligro no tan solo para Japón, sino para la comunidad en general», señaló Felipe Kong, geógrafo y académico de la Facultad de Educación de la Universidad Diego Portales de Chile.
«Chile es un país pesquero, tiene especies pelágicas migratorias, como el jurel, por ejemplo, que son los que salen del mar territorial chileno y salen de la zona económica exclusiva, más allá de las 200 millas, y pueden verse expuestas a estas poblaciones de peces a esta contaminación, pero también en el tema de mercado. En Chile se consume mucho atún también, que proviene de esa zona. Entonces, el reclamo que hoy día hacen los pescadores de Japón, los pescadores de Corea del Sur, frente al problema, es grave. Lo más complejo hoy día es que existe, y desde el año 96, Japón suscribió la Convención de Derechos del Mar, existen restricciones concretas de aportar contaminantes a las aguas internacionales a partir de las acciones del Estado», destacó Vladimir Riesco de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Austral de Chile.