“Lo que he destacado es que, ya hace dos o tres años, hemos empezado a ver empresas estadounidenses que dicen comprar menos salmón por los antibióticos. Si Chile no cambia, esa tendencia podría continuar y extenderse a otros mercados”, dijo un especialista británico.
Santiago, 11 de enero de 2017. (radiodelmar.cl)– El masivo y desprolijo uso y abuso de antibióticos y otros químicos por parte de la industria salmonera que opera en aguas chilenas crecientemente viene siendo una preocupación mundial por sus nocivos efectos en la salud pública y el medio ambiente. La resistencia bacteriana que produce esta acción es preocupación de los más lúcidos científicos y economistas a nivel internacional. Así quedó demostrado en el Congreso del Futuro que se realiza en Chile, una reunión de científicos y pensadores top en diversas áreas, donde economista británico Jim O’Neill realizó una dura advertencia a las compañías salmoneras: Si siguen usando antibióticos nadie les va a comprar salmón.
O’Neill fue nombrado por el ex ministro David Carmeron para realizar un informe con la causas del alto costo de enfermedades provocadas por bacterias comunes que se han hecho resistentes a los antibióticos, y el intelectual concluyó que en parte esa resistencia se produce por el abuso de ellos por parte de la industria alimentaria.
Elmostrador.cl publicó una entrevista en que el británico se refiere a la industria salmonera chilena. En el día inaugural, participó en el panel “Bacterias, ¿enemigas o aliadas?”, donde causó polémica al afirmar que “si Chile sigue produciendo salmones con un exceso de antibióticos, pronto en los mercados internacionales les van a dejar de comprar”, dice el mostrador.
“Lo que he destacado es que, ya hace dos o tres años, hemos empezado a ver empresas estadounidenses que dicen comprar menos salmón por los antibióticos. Si Chile no cambia, esa tendencia podría continuar y extenderse a otros mercados”, dijo el especialista.
– ¿Quién es el responsable de este problema? Porque hay empresas noruegas, por ejemplo, que en su país producen con mucho menos antibióticos que en Chile.
– La respuesta es muy simple: las autoridades chilenas deben crear normas más estrictas, porque las empresas simplemente siguen las leyes.
– A veces las exigencias son bajas para atraer la inversión. ¿Cuál es el punto de equilibrio?
– Ése es siempre el dilema. Por ejemplo, hoy me reuní con algunas autoridades de salud. Es alentador que Chile está desarrollando una agenda en salud, siguiendo el plan de acción de la Organización Mundial de la Salud para personas, en la agricultura y la pesca, bajo un marco común. Eso es muy importante, en mi opinión, porque hoy la industria en general tiene una forma de pensar muy independiente del Ministerio de Salud, por ejemplo. Chile debe ajustar su normativa y no sólo preocuparse. Deben tener más confianza en sí mismos y no temer lo que vayan a perder. Si tomas un ejemplo contrario, como he escuchado de Brasil, usualmente en la comida los estándares son mayores para los productos de exportación que los del mercado interno. Así que si quieres fijarte en los mejores estándares a nivel mundial… debes hacer las cosas que implican.
– ¿Cree que es una señal de los tiempos de que los consumidores son más y más conscientes?
– Creo que sí. Es muy interesante. En mi equipo solíamos bromear sobre lo que llamábamos el “Shake Shack Factor”. En Estados Unidos hay una cadena de hamburguerías de moda llamada Shake Shack, y los más jóvenes que yo van a este lugar, donde le dan mucha importancia al tema de la comida libre de los antibióticos. Grandes cadenas como Mc Donald’s han empezado a perder terreno y comenzado a competir, por ejemplo, con grandes anuncios en Estados Unidos sobre el origen de la carne de pollo que usan. Y creo que sin Shake Shack jamás habría sucedido. Creo que este fenómeno es, en parte, un reflejo de la sofisticación de los consumidores. Por eso al llegar a Chile me alentó ver las etiquetas negras en los alimentos. Ni siquiera tenemos eso en Inglaterra.
– Fue una gran discusión con la industria…
– Seguramente. Tiene que ver con las normas. Supongo que una de las razones por las que me invitaron al Congreso del Futuro es porque alguna autoridad chilena importante cree que el tema de los antibióticos debe ser más importante.
– En ese sentido, ¿qué tan importante será en veinte o treinta años el tema del origen de los productos? Por ejemplo, no sabemos si nuestra ropa es fabricada en Asia por niños.
– Tengo la sospecha de que será cada vez más importante, aunque no es algo sobre lo que haya reflexionado mucho. Si miro a los jóvenes británicos, tienen una mente más sofisticada sobre el bienestar general, así que tendrán opiniones más de peso sobre derechos humanos. Creo que serán grandes temas.
La entrevista completa puede ser leida en este link